Como turista, se le dirá: “¡No nuestros elefantes! Nuestros elefantes son bien tratados ”, ¡pero es mentira! Muchos de estos crueles dueños de elefantes violan la ley e incluso participan en el tráfico de vida silvestre en el mercado negro a través de la venta de marfil, dientes y cabello. ¡Pon fin al abuso!